Sobre la entrada principal se alza el área en que músicos y el coro se ubicaban antes y también ahora. En la última restauración del templo aparecieron tres elementos singulares que se observan aquí.
Las aperturas verticales al lado del ventanal central – conocidas como aspilleras – servían para disparar en caso de ataques por indios del Caribe, piratas y corsarios.
Hay dos ventanas similares en el primer piso. Selladas por siglos, aparecieron al remover el cemento con que se encalaron los muros históricos cientos de años atrás.