Después de iniciarse en el siglo 16 la construcción de la Iglesia de San José, se añadieron dos capillas al templo, una dedicada a la Virgen de Belén y otra – ésta – a la Virgen del Rosario, objeto de devoción de los frailes dominicos fundadores.
Con colas de pez y entre las olas del mar, las sirenas ostentan armaduras, sus brazos alzados, celebrando con ramos de flores.
Las diferentes imágenes podrían relacionarse a la Batalla de Lepanto de 1571, ofensiva en que cristianos triunfaron sobre turcos. La victoria en este conflicto naval se atribuye desde entonces a la Virgen del Rosario.